Hortalán '83, fenómenos extraños
Para comenzar a escribir algo
interesante en esta nueva sección me costó mucho elegir alguna
vieja historieta que pudiera llamaros la atención. Finalmente me
decidí por lo que podéis saber si seguís leyendo.
El Grupo realizó su campamento de
verano el 1983 en la Fuente del Hortalán, en Mora de Rubielos
(Teruel). Muchos de nosotros tuvimos la suerte de disfrutarlo: el
lugar fue muy majo y la organización funcionó. Sin embargo,
mientras la mayor parte de la gente vivíamos tranquilamente
“nuestro” campamento hubo otras personas para las que el
campamento fue algo así como una pesadilla, un sueño horrible.
Había algo extraño allí, y pronto empezó a manifestarse: Tony
Carles, scouter de manada, oía voces que le llamaban desde el
incinerador
Esto pudo ser una simple broma. Lo raro era que se
repetía constantemente. La cosa no paró allí ni mucho menos, pues
Pilar Gil (también scouter de manada), oyó igualmente aquellas
llamadas desde el incinerador. Eran voces que les incitaban a
acercarse a él.
Naturalmente esto no salía del equipo de scouters,
pero de todos modos se notaba en su trato que algo ocurría. La
confirmación de que aquel lugar estaba medio embrujado llegó el
último día de campamento, mientras se recogía el material para
volvernos a Valencia. Como es habitual este último día se usa para,
tras recoger toda la basura, quemar el incinerador. Pues bien, al
tiempo que empezaban a salir las primeras llamas, de repente empezó
a quemarse un tocón situado a unos metros. Afortunadamente alguien
se dio cuenta de ello y avisó: el tocón ardía por los cuatro
costados... ¡Sin que nadie lo hubiera encendido! Lógicamente al
enterarnos del hecho poco importaba qué o quién había sido el
causante del misterioso fuego: sólo importaba apagarlo lo más
rápidamente posible. Tras sofocarlo se reflexionó: podíamos
considerarnos afortunados, ya que de no habernos dado cuenta a tiempo
allí “se podía haber liado”. No quiero ni pensar lo que hubiese
ocurrido si se hubiese incendiado aquella vaguada de El Hortalán:
confusión, pánico... Siempre quedaba una pregunta, al igual que con
las voces del incinerador: ¿Qué ocurría allí realmente?
Sin nada más digno de contarse el
Grupo volvió aquel mismo día a Valencia y así acababa un
campamento más. Sin embargo lo ocurrido aquel mes de julio en El
Hortalán coleó durante un tiempo. Según pudimos enterarnos no era
la primera vez que en aquel lugar se encendía un tocón; ya en algún
año anterior habían ardido tocones en El Hortalán de forma
misteriosa. Además aquel mismo mes en un campamento próximo a El
Hortalán, donde estaba otro grupo de Valencia, también notaron
algún “fenómeno extraño” preferentemente voces y sombras.
Hoy aún queda mucha gente en el Grupo
que estuvo en El Hortalán. Muchos conoceríais ya esto. Otros no, y
os resultará tan asombroso como me lo pareció a mí cuando me
enteré. De cualquier modo esto ya queda para siempre en “Palabras”,
para que no se pierda como van perdiéndose tantas y tantas anécdotas
y batallitas del grupo.
Para el próximo número preparo una de
toros.
Buena Caza.
Buitre.
Artículo publicado en "Palabras" nº 20
Un gran recuerdo que durante años nos ha acompañado difuminado entre las nieblas de la realidad para los que éramos simples lobatos.
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