¿Cómo llegaste al grupo?
De mano de mis papás. No tuve otra
elección, toda la familia era scout. Me gustara o no, tuve que
formar parte del Wig-Wam.
La etapa de tropera fue espléndida,
pero no sólo la que me ha dejado buenos momentos. En la manada
conocí a mis primeros compañeros de viaje por la andadura del
escultismo. Aprendí a relacionarme con otros lobatos a través del
juego, cantaba, danzaba,…. En pioneros tuve la suerte de vivir una
experiencia única e irrepetible que me permitió compartir momentos
inolvidables con scouts de todo el mundo (Jamboree´95). Y en el Clan
nos juntamos un grupo de chavales con objetivos muy definidos,
divertirnos y hacer la vida imposible a nuestros scouters. Pero sin
duda alguna, las mejores aventuras fueron las vividas en las salidas
de tropa.
Respecto a mi trayectoria como scouter,
no me decantaría por ninguna sección. Cada una de ellas aportó
cosas distintas.
¿Cuántos años estuviste en el grupo
antes de ser jefe de grupo?
Muchos años, creo que 18.
¿Por qué decidiste ser jefe de grupo?
Nada tuvo que ver que mis hermanos
hubieran ocupado el cargo antes que yo. Formé parte de la comisión
gestora para la elección del nuevo jefe de grupo pero no hubo éxito
con los candidatos. Así que, ante el vacío del cargo, decidí
aceptar la jefatura.
¿Qué es lo mejor de ser jefe de
grupo?
Ver los buenos resultados obtenidos a
final de ronda fruto de un buen trabajo en equipo.
La burocracia y los conflictos que en
ocasiones surgían en los consejos de grupo.
¿Qué crees que se necesita para ser
jefe de grupo?
Nada en concreto. Supongo que poner
ilusión en todo aquello que haces para que las cosas salgan bien.
Pero lo fundamental es un buen kraal que te complemente, y eso lo
tenía.
Ninguno en especial, no los sentía
como jefa de grupo sino como un miembro más del Wig-Wam y como tal
disfrutaba de ello.
¿Y cuál menos?
Las aburridas reuniones propias de jefe
de grupo (comarca, MEV, etc.,…).
Con el paso del tiempo… ¿Cómo ves
tú paso por la jefatura del grupo?
Lo veo como una etapa más dentro de mi
vida en el escultismo. Ni mejor, ni peor, pero sí que dejó en mí
muy buen sabor de boca y mucha satisfacción personal.
¿Algo más que añadir?
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