Ya
se nos acerca el verano. Sin darnos casi cuenta, hemos empezado a
sudar, la ropa de los armarios parece que sobra, los domingos
quedamos en la playa y por las noches apetece ir en moto.
Se
nos ha pasado un poco lo acogedor del invierno y tenemos mucha prisa
por todo, la vida se nos ofrece tan atractiva, que parece como si
siempre se nos hubiera prohibido vivir.
En
ese afán por ser nosotros mismos parte del sol, del mar, del bosque,
de la brisa, nos escapamos de la ciudad y juntos nos vamos de
campamento.
Nos
esperan días de duro trabajo, si queremos que este sea un buen
reencuentro, con un trocito de mundo vivo. Sí, la naturaleza está
viva, palpita en cada hoja, en cada río e incluso en cada hormiga
que pisamos. Un mundo sin humos, ni coches, ni kioskos... ¿cómo
vamos a soportarlo?, ¿cómo vamos a estar con niños más pequeños
que nosotros?, ¿cómo voy a dormir en el suelo?, ¿Cómo voy a
cocinar?, ¿cómo voy a coserme los botones de la camisa... ¿CÓMO?
Podemos
considerarnos afortunados por poder respirar, por poder ver un cielo
limpio y estrellado, por contemplar simplemente la tierra húmeda.
Mientras, en la ciudad, nuestros amigos irán de copas, verán los
vídeos de moda en su televisión en color, seguirán como todos los
días haciendo las mismas cosas.
Vamos
a tener la oportunidad de romper esa rutina, vamos a tener la
satisfacción de crear un mundo para nosotros en el que las cosas que
creíamos indispensables van a dejar de serlo, en el que palabras
como compañero, ayuda, compromiso, libertad, amistad, van a dejar de
serlo.
Como
cada año nos iremos y volveremos, aprenderemos algunas cosas, a lo
mejor enseñaremos algo, e incluso descubriremos que hay motivos por
los que volver el año próximo.
Estamos
juntos para divertirnos, para no olvidar este verano, para intentar
que el año que viene empecemos con más ganas, que consigamos pintar
la tropa, que aparezcan los pioneros, que los lobatos sigan
alborotando en el cubil, que el clan se vaya a los Pirineos, que
vengan los que se fueron a servir...
Ya
viene el verano, como cada año, como siempre, ya viene y espero que
sean muchos veranos juntos, como este.
No
podemos perder esta ocasión.
Pili.
Publicado
en “Palabras” nº 13.(alrededor de 1986)
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