martes, 26 de marzo de 2013

SEGELSCHULE FELLHORST

   La SEGELSCHULE FELLHORST es una escuela de vela scout situada en el norte de Alemania Federal, cerca de Kiel, en esta escuela realizan sus actividades de aprendizaje algunos scouts alemanes, pero llegado el verano se utiliza para intercambios juveniles con otros países, dos países clásicos de estos intercambios, son España y Finlandia, y actualmente están abriendo más aún sus lazos con otros países (U.S.A., Israel, Sahara español y otros). El Ministerio alemán de la Juventud, subvenciona a los extranjeros el gasto de estancia en su país.

   Las actividades principales que se realizan son las propias de la navegación a vela, ésta se realiza a tres niveles según los conocimientos del muchacho.

   El primer nivel o principiante, es para los que no saben nada sobre la navegación, en él se aprenden las nociones teóricas básicas y prácticas del manejo de los botes, al final conceden a los aprobados el título de Patrón de Vela, que autoriza a llevar botes de hasta cinco metros de eslora.

   El segundo nivel, o Iniciados, es para los que ya saben manejar los botes, entonces se les amplían los conocimientos y las prácticas se realizan en barcos de mayor eslora con camarote, realizan también un crucero de diez días por el mar Báltico, el título que les conceden es el de Patrón de Yate (hasta siete metros de eslora).

   En el tercer nivel se dedican a realizar travesías transatlánticas en un velero de catorce metros de eslora.

   Las prácticas de navegación se realizan en un fiordo cerca de Fellhorst donde están las instalaciones de la escuela. La vida normal se realiza en Fellhorst, que está enclavado entre campos y bosques donde habitan animales sueltos. Durante el tiempo libr
e se realizan actividades elegidas por cada uno de los muchachos (toda clase de deportes, paseo, ajedrez, ping.-pong, proyección de diapositivas, etc.) y otras actividades en grupo son generalmente visitas culturales.

   En los cursillos de la escuela siempre hay además de los profesores scouts alemanes y muchachos de otros dos países, entre todos ellos reina una gran amistad y confianza, esto se demostraba en el transcurso de los días, pero culminaba en la cantina donde se conversaba, bebía y cantaba todos juntos.

   Al final del cursillo se realiza un exámen práctico por la Federación Alemana de Vela, para conceder o no los distintos títulos. La última noche como despedida se realiza una gran fiesta alrededor de una fogata con canciones, actuaciones y sangría hecha por los españoles.


Vicente Portet Tiebas y Gabriel Alemany Miñana
Asistentes de nuestro grupo al cursillo

Artículo publicado en Campamento Abierto nº 1


jueves, 21 de marzo de 2013

José Francisco Burriel Pavía

 

Nombre y durante qué años estuviste en el cargo?

José Fco Burriel Pavía. Yo cuento el tiempo por campamentos, en Pradejones era Jefe de Grupo y en Nogueruelas ya no.


¿Cómo llegaste al grupo?

La unidad Esculta estaba sin scouters y vine a echar una mano, luego una cosa llevó al la otra.


¿Qué sección recuerdas cómo en la que mejor te lo pasaste siendo scouter? ¿Por qué?

Tropa y Esculta fueron mi especialidad.


¿Cuánto tiempo estuviste en el grupo antes de ser Jefe de Grupo?

Un año, puede.


¿Porqué decidiste ser Jefe de Grupo? 
 
Tenía las ideas claras, objetivos concretos, voluntad y confianza en el equipo que había (scouters y padres).


¿Qué es lo mejor de ser Jefe de Grupo?

El Servicio y la Responsabilidad.


¿Y lo peor?

A veces te sientes (o estás) solo.


¿Qué crees que se necesita para ser Jefe de Grupo?

Lo que escrito más arriba, objetivos, voluntad, y equipo.


¿Qué acto te gustaba más cuando eras jefe de grupo? ¿Por qué?

La Promesa por que es el principio de todo y el campamento de verano.


¿Y cuál menos?

No hay menos.


Con el paso del tiempo... ¿cómo ves tu paso por la Jefatura de Grupo?

Fue una buena época para mí, es dí y recibí más, bastante más.


¿Algo más que añadir?

Lo que se suele decir: Buena Caza.



viernes, 15 de marzo de 2013

Actuar en consecuencia

    Una vez, conocí a un muchacho, que no tenía nada que hacer, o no lo quería hacer, cuando salía de clase, y vagaba por las calles pegando patadas a los gatos, no porque fuera de malos sentimiento, sino por puro aburrimiento.

   Un día, cuando caminaba sin rumbo, vio a un compañero de la escuela, que por sentarse lejos uno del otro, sólo se conocían de vista, este se le acercó y le dijo:

- ¿Qué haces sólo por aquí?

Nuestro amigo contestó sin ganas:

- Nada, pasear.

- ¿Por qué no te vienes conmigo?. Dijo su compañero, y se fueron juntos hablando de los Profes y de las asignaturas pesadas.

    De pronto, entraron en una casa muy vieja, y al penetrar nuestro amigo, en la habitación donde se había metido su compañero, se quedó con la boca abierta y pensó: “¿Qué es esto?”, mirando a su alrededor, vio a distintos grupos de muchachos charlando y manipulando, sentados en sillas hechas de troncos igual que las mesas, y una decoración de paredes a base de dibujos de animales y cuadros de papel con varias frases.

   Nuestro amigo quedó impresionado por este signo externo de lo que más tarde conocería. Su amigo le hizo sentarse en un pequeño grupo al que él pertenecía, eran seis y con él siete. Estaban hablando de una especie de reglamente y después manipularon con cuerdas haciendo nudos con facilidad, nuestro amigo estaba asombrado. Después de acabar lo que estaban haciendo, salieron todos cantando y corriendo, se despidieron y él, al meterse en su calle, ya sólo vio un gato correteando, y lo siguió corriendo cuando estaba cerca... se paró en seco y miró al suelo. Estaba recordando una frase que había visto escrita en un cuadro de donde había estado antes y pensó: “Lo que dice allí es bueno y si quiero ser como esos amigos con quien he estado, pues tendré que ser como ellos, y además, a mí me gustan los animales”. Y fue a intentar acariciarlo.

   Y de esta forma, poco a poco y sin que nadie lo coaccionara, fue descubriendo e intentando cumplir, todas aquellas frases que había visto escritas. Cuando cumplía una de ellas, se sentía feliz y contento consigo mismo. Pero a veces no podía cumplirlas y se preguntaba el porqué, yo os lo diré: Somos humanos, y como tales no somos perfectos, pero nuestra perfección, está en intentar , como nuestro amigo, cumplir aquello en que creemos y más todavía si lo hemos prometido solemnemente, no sólo por unos años de vigencia, sino por algo más de tiempo ¡toda una vida! Y de esto hay que tomar verdadera conciencia.

  Si pensamos un poco, ¿todos nosotros cumplimos en la medida de nuestras fuerzas, aquello de que prometer casi nos hizo saltar las lágrimas?, y si lo prometimos sin darnos cuenta de lo que hacíamos, una de dos: o la volvemos a hacer por nuestra cuenta seriamente, o por lo menos no seamos hipócritas y si nos reímos, o no nos importa, una promesa que hicimos cuando teníamos menos edad, y no tenemos propósito de reformar nuestra actividad, no molestemos con nuestra presencia y nuestros actos, a aquellos que de verdad la quieren cumplir; y los que no la han hecho todavía, nos tenemos que comportar como si ya la tuviéramos, para así hacernos merecedores de ella. Pero hay que tener en cuenta una cosa, cumplirla, no es sólo no pegarle patadas a los gatos, como nuestro amigo, sino que es algo mucho más profundo y serio de lo que la mayoría nos imaginamos.


M.A.O.A. (J.T.)
Publicado en “Campamento Abierto” nº 3. Marzo de 1977.


domingo, 10 de marzo de 2013

Kandersteg 1997-98

   El principio de la Ronda 1997-98 nos juntó en la misma sección a Benja y a mi. Rápidamente llegamos a la conclusión que una buena forma de celebrar el 30 aniversario del Grupo, y el compartir por primera vez sección como scouters, sería irnos a Suiza con los nanos (en este caso podría estar mal dicho pues el 80% de los miembros de pioneros eran chicas).

   El proyecto lo llevamos al Consejo y a la sección. El Consejo, tras varias reuniones con discrepancia de opiniones, decidió que para los lobatos era demasiado (no iban a disfrutar lo suficiente la inversión económica de los padres) y que como era una idea originaria para ir con pioneros debían ser estos los únicos que fueran.

   En este momento toma gran relevancia una persona, una amiga y casi una hermana que en esos momentos era scouter de tropa, Yolanda. Coordinados con ella decidimos pasar al mayor número de troperos posible para que pudiesen disfrutar de ese viaje.

    Tras una roda llena de trabajo y de alguno de los momentos más duros de nuestra corta vida (por el camino a Kandersteg perdimos a Yolanda en un trágico accidente de tráfico), el 1 de agosto de 1998 salimos hacia Kandersteg con las mochilas llenas de ilusiones y compartiendo autobús con dos grupos que amenizarían nuestro viaje casi tanto como las distintas actividades que allí realizamos: Itamar y Kippling.

   Al llegar allí nos asignaron una Grand Mother que hablaba un perfecto inglés (cosa que nosotros no hacíamos :-D) y nos dió una serie de explicaciones que entendimos en parte. Nada más empezar a instalarnos ya apreciamos que nuestros compañeros iban a darnos mucho juego, pero esa es otra historia que para los que fuimos se puede resumir en: “Yo soy el gran mon Flor, y pico, pico pico de flor en flor y si te pico, flotas, flotas, flotas, flotas que lo sepas” (ellos entenderán y seguro que sonrien mientras lo cantan a ritmo de la danza soy pelota de ping-pong).

   Kandersteg, Berna, Lucerna, el lago Oeschinensee, la quesería, los italianos, ser jurado del concurso de cocina de otro grupo italiano (descubrimiento importantísimo, la grappa), los alemanes, el churro vasco, la barbacoa internacional, la velada… Cientos de momentos inolvidables.

   Para los scouters que fuimos una sobredosis de trabajo (intendencia, cocina, tesorería y actividades), pero así mismo una montaña de ilusión y diversión.

   Para nuestros/as chicos y chicas una experiencia inolvidable que nos unió y nos dió un comienzo para unos años en la sección maravillosos.

   Un campamento que todos recordaremos con afecto, cariño, emoción desenfrenada y un millar de sensaciones que a nivel personal se vieron expresadas en el abrazo antes de subir al autobús con mi primo. Habíamos vencido todas las zancadillas que nos puso el destino y habíamos salido más fuertes, lo conseguimos. En ese abrazo no sólo estábamos los dos, Yolanda estaba abrazada a nosotros así como lo estuvo en cada buen momento del campamento y lo sigue estando hoy en día.


Lobo Gris
David Ruiz

jueves, 7 de marzo de 2013

De otra manera




    Ya se nos acerca el verano. Sin darnos casi cuenta, hemos empezado a sudar, la ropa de los armarios parece que sobra, los domingos quedamos en la playa y por las noches apetece ir en moto.

    Se nos ha pasado un poco lo acogedor del invierno y tenemos mucha prisa por todo, la vida se nos ofrece tan atractiva, que parece como si siempre se nos hubiera prohibido vivir.

    En ese afán por ser nosotros mismos parte del sol, del mar, del bosque, de la brisa, nos escapamos de la ciudad y juntos nos vamos de campamento.

    Nos esperan días de duro trabajo, si queremos que este sea un buen reencuentro, con un trocito de mundo vivo. Sí, la naturaleza está viva, palpita en cada hoja, en cada río e incluso en cada hormiga que pisamos. Un mundo sin humos, ni coches, ni kioskos... ¿cómo vamos a soportarlo?, ¿cómo vamos a estar con niños más pequeños que nosotros?, ¿cómo voy a dormir en el suelo?, ¿Cómo voy a cocinar?, ¿cómo voy a coserme los botones de la camisa... ¿CÓMO?

    Pues lo haremos, lo vamos a hacer, no es tan difícil... ¿verdad?

   Podemos considerarnos afortunados por poder respirar, por poder ver un cielo limpio y estrellado, por contemplar simplemente la tierra húmeda. Mientras, en la ciudad, nuestros amigos irán de copas, verán los vídeos de moda en su televisión en color, seguirán como todos los días haciendo las mismas cosas.


    Vamos a tener la oportunidad de romper esa rutina, vamos a tener la satisfacción de crear un mundo para nosotros en el que las cosas que creíamos indispensables van a dejar de serlo, en el que palabras como compañero, ayuda, compromiso, libertad, amistad, van a dejar de serlo.

    Como cada año nos iremos y volveremos, aprenderemos algunas cosas, a lo mejor enseñaremos algo, e incluso descubriremos que hay motivos por los que volver el año próximo.

    Estamos juntos para divertirnos, para no olvidar este verano, para intentar que el año que viene empecemos con más ganas, que consigamos pintar la tropa, que aparezcan los pioneros, que los lobatos sigan alborotando en el cubil, que el clan se vaya a los Pirineos, que vengan los que se fueron a servir...

    Ya viene el verano, como cada año, como siempre, ya viene y espero que sean muchos veranos juntos, como este.

    No podemos perder esta ocasión.

Pili.
 
Publicado en “Palabras” nº 13.(alrededor de 1986)