viernes, 31 de mayo de 2013

Aprender



   Creo que fundamentalmente me gusta aprender. Con los años he llegado a la conclusión de que las únicas cosas que realmente me atraen son aquellas que me ofrecen la posibilidad de aprender algo, lo que sea. Por eso me ha gustado siempre, desde que era un lobato enano, el mundo del escultismo.

   En este peculiar grupo de personas he hecho y me ha pasado de casi todo. Cosas que con el tiempo han conseguido escandalizarme, otras que me han hecho inmensamente feliz, unas cuantas con las que he conseguido sentirme orgulloso y unas pocas que me entristecieron profundamente. A pesar de todo, de todas y cada una de estas experiencias y con mayor o menor provecho, aprendí alguna lección que me ayudó a seguir hacia adelante. Evidentemente, yo no soy una excepción.

   Durante 30 años, el grupo scout de Benicalap ha sido una escuela de la vida para una cantidad de gente que ya empieza a ser más que respetable. Todos ellos, todos vosotros y todos nosotros apredimos y aprendemos sin darnos apenas cuenta a apreciar la vida, la amistad y el refugio en la naturaleza como pautas fundamentales en nuestro comportamiento diario.

   Para la gente que pasó por el grupo y para los que ya estamos más cerca de la despedida me gustaría recordar esas palabras del poeta que dicen: "Aprender que nada termina, si dentro de nosotros no acaba antes".

Benjamín.

Publicado con motivo del 30 Aniversario

miércoles, 29 de mayo de 2013

Salida Verano 2012 Pioneros I



   Algunos de los mejores momentos de las acampadas ocurren en la salida. Quien sea scout sabrá que la ruta es el momento de más libertad, sobretodo en pioneros, ya que los scouters dejan de serlo para pasar a ser un compañero más. En los días de la salida es cuando realmente llegamos a convivir unos con otros, nos conocemos y es cuando se ve la unidad que somos. El convivir nos lleva a pasar buenos momentos y otros no tan buenos, pero cualquier roce siempre se acaba solucionando y termina siendo una anécdota más que contar.

   El verano pasado, en el campamento a Barracas, los pioneros nos dividimos en dos grupos para hacer la salida (una ruta larga y otra más corta , que se uniría con Tropa y con Manada). Los scouters decidieron que nos lleváramos la comida de todos los días y cocináramos nuestra comida con un hornillo. Gente como Jordi decidió que lo mejor era comérsela toda el primer día e intentar subsistir como fuera durante el resto de la salida; o por el contrario, hubo gente que se quedaba sin comer los primeros días por miedo de que ésta se acabara. Pero el “si queda comida o no” no era nuestro mayor problema, ya que el tercer día de ruta, la bombona de gas con la que teníamos que cocinar el grupo de la salida corta de Pioneros, la Tropa y, al día siguiente, la Manada; se terminó. En el grupo largo, pasó lo contrario, lo que se les acabó fue la comida y estuvieron peleándose parte de la salida, cual perros hambrientos. Vamos, que acabamos todos muertos de hambre; mendigando pan, melones, chucherías o cualquier cosa que llevarnos a la boca. El tiempo que nos ahorramos no comiendo lo gastamos desarrollando nuestra creatividad; en el caso del grupo corto nos dio por versionar canciones, y aquí os las dejamos:

PIONERO SOY (ritmo del famoso “lobato soy”)
Pionero soy (x2)
Lo soy sin más (x2)
Y acabaré (x2)
Todo tu gas (x2)

Si alguna vez (x2)
Quieres comer (x2)
Con un pionero (x2)
No lo has de hacer (x2)

Para un pionero (x2)
El madrugar (x2)
Es levantarse (x2)
Para cenar (x2)

Si no hay pan (x2)
Para cenar (x2)
Iré a un bar (x2)
A mendigar (x2)


CANCIÓN DE LA SALIDA (ritmo de la canción de Grease “Summer nights”)
La salida ya ha empezado
(¿y este plátano quién lo ha tirado?)
Fui yo se me cayó…
Los demás decimos adiós.
Cada cual tira pa’ un lao’
Y Ángel se queda tirao’
¡Venga Ángel muévete!
¡No corráis, no corráis,
que atrás me dejáis!
¡Corred más, corred más,
que ya quiero llegar!
(Ajá, ajá, ajá…)

A mí me dieron un hueso de humano.
Yo tiré a Jordi a un pantano.
Yo acabé la bombona de gas.
Yo comí mi comida y más.
-El risotto se te va a quemar…
Y yo no lo podré cocinar.
Y pa’ colmo ya no hay pan.
No comáis, no comáis
que ya no os queda na’.
No comáis, no comáis
que sin gas os quedáis.
(Ajá, ajá, ajá…)
En Barracas no encontramos
y nosotros ni saludamos…
como a perros os tiramos comida
la cogimos con mucha alegría
Ya llegamos a campamento
Y nos reciben con despiojamiento
-Venga, Carol, rápate!
-Las bambollas de los pies
no me dejan andar
-Qué de roña, qué de roña
yo me voy a duchar…


Amparo Caballer  y Carla González (Pioneras)


CONTINUARÁ...

martes, 28 de mayo de 2013

Suerte, vista y al toro


   Siempre, y en todo momento y lugar, tratar de juzgar (y perdonad que utilice esta palabra tan malsonante para algunos), la actitud de otra persona o personas ante un hecho concreto y con unas circunstancias determinadas, ha supuesto una actividad difícil y enojosa. Difícil por la imposibilidad de dar una opinión, con la carga de subjetividad que ello arrastra, con unas mínimas garantías de credibilidad; y enojosa, por saber que personas adultas no tienen la suficiente madurez, como para aceptar una crítica, que intenta ser limpia, pero al mismo tiempo dura, dentro de los cánones que una correcta relación social permite y delimita. Pero salvando estas barreras y pensando que enmudecer es empezar a asumir el propio servilismo, procedo con tranquilidad, con la tranquilidad que oferta el ser fiel a uno mismo, la crítica a un grupo de personas que protagonizan el último escándalo o comentario de pasillo de nuestro querido “grupo”. 

   En el último Consejo de Grupo, se conoció de manera oficial, la decisión de un gran número de scouters de abandonar en un futuro próximo sus actividades educativas en esta asociación, aunque algunos de ellos las tengan totalmente olvidadas (Luisito) y otros, al menos, parcialmente descuidadas (Alfredo). Pero no es el hecho lo criticable, sino las circunstancias que lo rodean. Creo sinceramente y sin la intención de individualizar que este hecho encubre en algunos personajes una carga de honestidad y en otros una desacelerada huida que si hacemos un poco de memoria podremos fundamentar. Y se van, y no uno ni dos, se marchan el 60% del actual equipo de scouters sin apenas dar tiempo a la preparación de otros con una mínima garantía de capacidad y numerosidad; pero lo peor de todo es que algunos han arrastrado tras su estela a otras personas y creo que eso no es lícito, aunque pertenecer a un grupo scout signifique pasar a engrosar las filas en el equipo de “inútiles e inservibles a la sociedad”.

   Y así están las cosas, se nos avecina otra ronda solar en una de las épocas más difíciles para el escultismo y no estamos preparados para afrontarla, ¿o sí? Sólo quiero deciros o mejor lanzaros esta pregunta, una pregunta llena de trascendentalidad con la que un querido y estimado compañero acribilló la conciencia de los allí presentes: ¿merece la pena que los chavales gocen de todo lo que el escultimo nos ha dado en estos años? Vosotros tenéis las respuestas.

J.C. Iglesias “Faro”
 
Artículo publicado en Palabras nº 1.



domingo, 26 de mayo de 2013

Benjamín Ruiz

Nombre y durante qué años estuviste en el cargo?
Benjamín Ruiz Collados. Desde la Ronda 1997-98 hasta la 2000-01, si no me equivoco.

¿Cómo llegaste al grupo?
Mi hermano Migue, unos primos (Vicente y Javier Muñoz) y algún vecino (Alejandro Ricós) ya llevaban unos cuantos años apuntados al grupo, así que bueno, mis padres no se lo pensaron demasiado antes de llevarme a los locales al inicio de la Ronda 1980-81 a ver si me gustaba y, sí, me gustó y mucho.

¿Qué sección recuerdas cómo en la que mejor te lo pasaste sin scout? ¿Por qué?
Sin duda, los cinco años que pasé en Manada. No sé que echaban en esa época en el ponche Baloo, pero me metieron en vena toda la esencia del escultismo y, sin acabar de entender muy bien de qué iba todo aquello, su espíritu me caló hasta los huesos. Como scout, poco o nada más me aportó el paso por el resto de las secciones mayores que no llevara ya en mi pequeña mochila de lobato que heredé de mi hermano (una Altus azul sin hierros). A partir de entonces, intenté compartir con todo el que se acercaba al grupo esa magia que sentía y que parecía llegar del principio de los tiempos, de entre las sombras que el fuego proyectaba hacia el fondo del bosque en las noches de velada. Esa magia que se destilaba de la inesperada emoción que te asaltaba cuando presenciabas el final del rastro del lobato más veterano, que con lágrimas en los ojos y de la mano de Akela, marchaba por una senda sin retorno para continuar su caza en la Tropa Castores. Sentías como toda la selva lloraba su partida… Para un niño, todas aquellas sensaciones eran de una intensidad brutal, y como bien sabéis los que las habéis vivido y sentido antes, resultan para siempre imborrables.

¿Y scouter?
Como scouter, la experiencia más aleccionadora fue, sin duda, con la Unidad Pioneros Samaruc. En lo personal fueron años muy duros para todos los que conocíamos y queríamos a Yolanda (cuánto nos pesa todavía su ausencia), pero la energía que dejó el rastro de su estela al dejarnos nos empujó con fuerza a todos los que estábamos a su alrededor en ese momento para sacar adelante la gran empresa que nos habíamos planteado a principios de la Ronda 1997-98: llevar al Wig-Wam por tercera vez en su historia al Campamento Internacional de Kandersteg, en Suiza. Fue mi primer año como scouter en pioneros y, aparte de los preparativos del viaje a Suiza, me tocó además dirigir un campamento de verano realmente complicado de gestionar: compartíamos lugar (la Majada de la Vacas, en Orihuela del Tremedal) y programación de actividades con el G.S. Ímpetus, un grupo de Scouts Valencians, e íbamos sin apenas Equipo de Cocina (hubo días en que “el equipo” lo formábamos únicamente el tío Toni y yo), así que el verano resultó de lo más estresante. Al final, afortunadamente y para sorpresa de más de uno, todo salió según lo previsto.
Nada, absolutamente nada de lo conseguido en esa inolvidable Ronda hubiera sido posible sin el esfuerzo y la dedicación de la persona con la que compartía equipo, David Ruiz, mi primo. Su capacidad de trabajo y esa actitud vital y optimista que le caracterizan, nos ayudó a todos a conseguir los ambiciosos objetivos que nos habíamos propuesto a pesar de todas las adversidades, que no fueron pocas, ni pequeñas (en nombre de todos, eternamente agradecido, primo).
El segundo año en pioneros fue bastante más relajado. Repetíamos David y yo en el equipo, y esa Ronda se nos unió Luis Emilio (en código interno, “la becaria”;)) aportando nuevos bríos y diferentes e interesantes ideas que ayudaron a ventilar una forma de trabajar que tal vez había llevado a acomodarnos a mi primo y a mí en demasía.
No me gustaría acabar con esta cuestión sin dedicar un cariñoso recuerdo a quienes dieron sentido a tanto desvelo: nuestros queridos pioneros (aunque mayoritariamente fueran pioneras)… nos lo creímos y lo conseguimos, ¡Grande chic@s!

¿Cuánto tiempo estuviste en el grupo antes de ser Jefe de Grupo?
Unos 17 años.

¿Por qué decidiste ser Jefe de Grupo?
Primero, la Comisión Gestora, con mi primo David y José Luis Molina a la cabeza, no me dio mucha más alternativa y, la verdad, fueron bastante persuasivos a la hora de “venderme” las bondades del cargo. Y segundo, acepté pensando que con el cumplimiento de este último servicio, de alguna manera devolvía al Wig-Wam todo lo bueno que me había aportado durante tantos años. Con el tiempo reconozco que no fue suficiente. De algún modo sigo sintiéndome en deuda con mi viejo grupo.

¿Qué es lo mejor de ser Jefe de Grupo?
Representar a un grupo humano y un modo de hacer escultismo, reconocidos y reconocibles tanto desde dentro como desde fuera del grupo. De Benicalap al mundo.

¿Y lo peor?
Tener que adoptar decisiones susceptibles de confrontamiento dentro del Kraal o tomar partido por posturas que no acaban de gustar a la mayoría pero que estás convencido de que es lo mejor para la buena marcha del grupo. A veces era un poco agotador estar buscando constantemente el equilibrio dentro del Consejo, pero tuve la suerte de coincidir con una generación de scouters y un Comité de padres tan comprometidos o más que su Jefe de Grupo con la causa, así que aprovecho la ocasión para agradecerles a todos su paciencia, colaboración y comprensión, algo que me facilitó muy mucho el desempeño del cargo. Éramos una pequeña gran familia muy bien avenida.

¿Qué crees que se necesita para ser Jefe de Grupo?
Ilusión, compromiso y un Kraal unido que te respalde y apoye en todo momento para no sentirte nunca solo, y en el que poder delegar si se da el caso.

¿Qué acto te gustaba más cuando eras jefe de grupo? ¿Por qué?
Como Jefe de Grupo, mi “acto” preferido era el Consejo de Grupo de principio de Ronda donde se decidían los nuevos equipos de scouters. Era de largo el Consejo más esperado del año, incluso por los chavales. Recuerdo a pioneros y claneros expectantes en la puerta del local esperando conocer la alineación del equipo de scouters que les tocaba en suerte la Ronda que empezaba. A veces había que hacer encaje de bolillos para aunar preferencias personales y necesidades de sección, pero me parecían reuniones muy estimulantes. La gente echaba el resto por defender su postura como en ningún otro Consejo y, por la cuenta que les traía, nadie desconectaba durante esas sesiones. Eran reuniones donde el grado de implicación de la gente se mostraba de forma muy evidente. Resultaban ciertamente excitantes.

¿Y cuál menos?
Con diferencia, las sesiones de trabajo para la elaboración del PEG (Proyecto Educativo de Grupo), que eran un auténtico plomazo. Como scouter o miembro del Comité te podías permitir el lujo de desconectar, escaquearte de vez en cuando o hacer como que sí pero no… Pero como Jefe de Grupo no debías escurrir el bulto y había que estar en todo momento el pie del cañón y a la altura de las circunstancias que imponía tan importante labor, o por lo menos intentarlo y, en cualquier caso, siempre parecerlo. Confieso que no siempre lo conseguí.

Con el paso del tiempo... ¿cómo ves tu paso por la Jefatura de Grupo?
Lo he acabado apreciando como un extraño honor del que sigo dudando haber sido merecedor, pero que de cualquier manera, como experiencia, recomendaría encarecidamente a todos los miembros en activo del Kraal. Sin miedo.

¿Algo más que añadir?
Sí, unas palabrillas para todos los chicos y chicas que hoy dan vida al Wig-Wam: no olvidad seguir llenando cada día la mochila de anhelos y esperanza, y si no podéis cambiar de horizonte, cambiar la perspectiva. Cuarenta y cinco años de historia os empujan a seguir hacia delante. Ánimo.

Y como no… Buena Caza.




jueves, 23 de mayo de 2013

Interrail 2006

   Primavera de 2005. El Clan Xaloc decide hacer un viaje. Y se pone a preparar pulseras como extrajob para sufragar parte del viaje.

   Otoño de 2005. El Clan Xalox, en una acampada en el apartamento de Lobo, decide que tienen que tomar una determinación en cuanto al viaje para que éste salga adelante.

   Julio de 2006. El Clan Xaloc realiza un interrail entre Italia y Grecia.

   La época que pasé en el Clan, supongo que como casi todo el mundo, es una de las épocas más movidas de mi vida: todo lo que antes era un camino claro y sencillo, pasó a ser un PR sin señalizar, y con la vegetación cubriéndolo todo. Y el escultismo pasó a ser una cosa que no tenía un hueco definido.

   Si me pongo a recordar cosas de la preparación de ese viaje, sólo puedo encontrar en mi memoria dos momentos. En el salón de Clan haciendo pulseras al principio de verano de 2005, y esa acampada en noviembre de 2005. Los siguientes recuerdos ya son del viaje en sí.
   Sé que ese viaje fue el culmen de un grupo de gente que más o menos fuimos creciendo juntos. Y visto con el tiempo, ese viaje es una muestra de lo que fuimos. Preparamos un viaje en plan hedonista. No digo ni que sea bueno, ni que sea malo. Es lo que fuimos.

   Pero bueno... pasemos al viaje. No recuerdo cuántos días nos fuimos, pero el recorrido, sino recuerdo mal fue: Valencia-Milán-Florencia-Roma-Bari-Patrás-Zakyntos-Patrás-Bari-Roma-Valencia.

   De Milán sólo vimos lo que nos dejó el autobusero en el trayecto entre el aeropuerto y la estación de tren. Pero la impresión de suciedad, se quedó en mí. Y el trayecto desde Milán hasta Florencia fue eterno.

   Ya en Florencia, creo recordar que pasamos dos noches... en dos albergues diferentes. La segunda noche, más cerca del centro de la ciudad, para poder disfrutar más de la noche florentina.

   Después visitamos Roma... y no recuerdo muy bien cuántas noches dormimos allí. Sólo sé que por la ventana del albergue vimos una pelea al estilo “Jersey Shore”.

   Visto Italia, nos dispusimos a emprender el camino a Grecia, con destino a Atenas... pero en el último momento cambiamos de idea. Fuimos hasta Bari para coger el barco hasta Patrás. Y una vez allí, llegó el gran dilema: ir hasta Atenas nos hacía perder un día de viaje en traslados... así que decidimos irnos directamente hasta Zakyntos.

   Zakyntos. Impresionante isla. Impresionantes playas. Impresionante filetes de carne que nos comimos en el camping.

   Y vuelta hacia atrás. Dormimos en el barco hasta Bari. Y el último día dormimos en el aeropuerto de Roma, por miedo a que al día siguiente no hubiera bus tan temprano para poder ir al aeropuerto. Valencia.
   Entre medias quedan todos los recuerdos que de verdad conservaremos: Todos los Marleys, colchoneta, “!He dicho, que qué día!”, inglesas “sueltecitas”, madrileños compartiendo barco, “Anastopoulos” flirteando, buscar un McDonalds para comer algo antes de volver al albergue, y después buscar un bus que nos dejará cerca del albergue, y después llegar al albergue sanos y salvos, aprender a tirarse de cabeza, quemarnos en la playa, y parar el tiempo para quedarnos siempre allí...

   Visto con la distancia del paso del tiempo, quizá no nos curramos un viaje increíble. Quizá no preparamos nada más allá de lo justo y necesario... Pero ese era el viaje que nos tocaba a nosotros. Nunca habíamos sido los mejores en preparar empresas, ni actividades, ni en responsabilidad... Pero qué demonios: ¡Nos lo pasamos de puta madre!

   Y de esa época turbia aprendí una cosa sin darme cuenta: Quería ser scouter. Entre otras cosas para poder darle la posibilidad a otro Clan Xaloc a que enseñe el nombre del WigWam por el mundo... y mis pioneros ya están dándole vueltas a un posible viaje para cuando estén en Clan...


Héctor Canorea

miércoles, 22 de mayo de 2013

El chantaje escolar

   Tras los exámenes vienen las notas y éstas no suelen ser tan buenas como quisiéramos nosotros y siempre, o casi siempre, hay alguna calabacita que te meten de contrabando. Y con las calabacitas vienen las caras raras, los chillidos, las amenazas, y, de ves en cuando, se escapa alguna torta. Pero no son éstas últimas a las que nos vamos a referir, sino a las amenazas de impedir a sus hijos, aprovechando su interés, de acudir a cualquier actividad scout e incluso borrarle del grupo para que estudie más o saque mejores notas. Las actividades scouts se desarrollan en el tiempo libre, sábado por la tarde y domingos, sin interferir en la vida colegial semanal; aquellas no hacen más que ayudar a evadirse de la rutina en la que está inmerso el muchacho durante la semana divirtiéndose y aprendiendo a la vez.

   Es pues un sinsentido castigar o premiar con el Escultismo a los muchachos.


RH
Publicado en “Campamento Abierto” nº 4. Junio de 1977.

martes, 21 de mayo de 2013

El Saler

   Ha sido domingo, un domingo triste, triste para nosotros como españoles y triste para nosotros como valencianos.

   De esa injusta derrota de nuestra selección prefiero no hablar (aunque moralmente sabemos que de no ser por la poca suerte que se tuvo hubiéramos llegado a la final ¿verdad?).

   En la sombra de esas dos noticias importantes hoy para España, está esa otra que nos debía de importar más como valencianos y, cómo no, como scouts (aunque pensándolo bien nosotros somos tan scouts como Fraga socialista), en fin, esa noticia o mejor dicho canallada que ha pasado en El Saler.

   Nos pasamos el año haciendo “cosas” superficiales, “cosas” por las que nos rompemos los cuernos por hacerlas creyendo que somos así más scouts, mientras no muy lejos están ocurriendo otras “cosas” que nos debían de importar más y que debían de ser el centro de nuestra atención como scouts que decimos ser, otras “cosas” como el incendio de El Saler de hoy y su problemático futuro como el de tantos otros lugares en los que ha pasado igual, otras “cosas” como algunos problemas que tienen zonas, pueblos y gentes cercanas e incluso problemas en nuestro propio barrio. Y nosotros seguimos a la nuestra ¿Vamos por el buen camino? Estoy bastante confundido.

Alejandro
Publicado en Palabras 14. Pág. 1



lunes, 20 de mayo de 2013

Vicente Portet

Nombre y durante qué años estuviste en el cargo?
Vicente Portet, dos periodos el primero no llego a una ronda solar 80-81 y la ronda 86-87, creo.

¿Cómo llegaste al grupo?
Los hermanos mayores nos abren el camino, mi hermana se acababa de apuntar al grupo de Guías scouts (chicas) de la calle Plátanos y yo con 13 añitos me presenté en el local de la plaza para apuntarme el 2-2-72, fecha curiosa.

¿Qué sección recuerdas cómo en la que mejor te lo pasaste como scout? ¿Por qué?
Entré directamente en la tropa, en el grupo había además manada y lo que llamaban tropa de mayores, así que después de ser guía de patrulla y primer guía de tropa, cuando hizo falta pasé directamente a ser scouter con Pepe Segura y Miguel Ángel Olmos.

¿Y scouter?
He estado de scouter en tropa, escultas (pioneros) y rovers (rutas) y cuando ya había dejado el grupo me pidieron que echara una mano el campamento de Peralejos ¡en manada!, a la vejez…viruelas.
La etapa más intensa fue la esculta, estaba todo por hacer, era la primera unidad mixta, en la tropa ya habíamos tenido patrulla de chicas, y además “la edad del pavo”, la adolescencia ¿Quién da más?

¿Cuánto tiempo estuviste en el grupo antes de ser Jefe de Grupo?
Unos ocho años, cuatro de ellos como scouter

¿Porqué decidiste ser Jefe de Grupo?
No recuerdo haber decidido ser jefe de grupo la primera vez, simplemente tocaba, de los escouters que quedaban en el grupo yo era de los más antiguos. La segunda hubo un relevo generacional importante y me quedé un curso para dar tiempo al relevo a prepararse.

¿Qué es lo mejor de ser Jefe de Grupo?
Hacer posible que lobatos, scouts y todo el grupo se lo pase tan bien como yo me lo pasé cuando era tropero

¿Y lo peor?
Tomar algunas decisiones que afectan a personas y que preferirías que le tocara a otro, tener que decirle “las verdades del barquero” a alguien con quien has trabajado duro o que afectan de forma importante a todo el grupo.

¿Qué crees que se necesita para ser Jefe de Grupo?
Ilusión, trabajar para que dentro del grupo no se reproduzcan algunas cosas que son normales fuera. Confiar en que cada uno puede hacer algo y con el esfuerzo de todos hacer cosas que valen la pena.
Ganas de divertirse, en el grupo hay actividades y responsabilidades para todos: lobatos, scouts… y jefes de grupo.



¿Qué acto te gustaba más cuando eras jefe de grupo? ¿Por qué?
Anticiparme a los problemas y dificultades para que todo salga lo mejor posible con nuestros medios, desde la inauguración hasta el campamento.

¿Y cuál menos?
Tener que madrugar en el campamento para dar ejemplo.

Con el paso del tiempo... ¿cómo ves tu paso por la Jefatura de Grupo?
Con el tiempo, no distingo mi actuación como J.G. o como scouter, la mayoría se solapan en el trabajo del consejo de grupo, solo alguna muy puntual afecta al cargo.

¿Algo más que añadir?
El aniversario lo es también de aquellos grupos que se unieron y son parte de nuestra historia Boers de Campanar, Yen-Hai, Junior Sant Roc, Patrulla Halcones…

___ _. _. _. . . . Es hora de divertirse