martes, 28 de mayo de 2013

Suerte, vista y al toro


   Siempre, y en todo momento y lugar, tratar de juzgar (y perdonad que utilice esta palabra tan malsonante para algunos), la actitud de otra persona o personas ante un hecho concreto y con unas circunstancias determinadas, ha supuesto una actividad difícil y enojosa. Difícil por la imposibilidad de dar una opinión, con la carga de subjetividad que ello arrastra, con unas mínimas garantías de credibilidad; y enojosa, por saber que personas adultas no tienen la suficiente madurez, como para aceptar una crítica, que intenta ser limpia, pero al mismo tiempo dura, dentro de los cánones que una correcta relación social permite y delimita. Pero salvando estas barreras y pensando que enmudecer es empezar a asumir el propio servilismo, procedo con tranquilidad, con la tranquilidad que oferta el ser fiel a uno mismo, la crítica a un grupo de personas que protagonizan el último escándalo o comentario de pasillo de nuestro querido “grupo”. 

   En el último Consejo de Grupo, se conoció de manera oficial, la decisión de un gran número de scouters de abandonar en un futuro próximo sus actividades educativas en esta asociación, aunque algunos de ellos las tengan totalmente olvidadas (Luisito) y otros, al menos, parcialmente descuidadas (Alfredo). Pero no es el hecho lo criticable, sino las circunstancias que lo rodean. Creo sinceramente y sin la intención de individualizar que este hecho encubre en algunos personajes una carga de honestidad y en otros una desacelerada huida que si hacemos un poco de memoria podremos fundamentar. Y se van, y no uno ni dos, se marchan el 60% del actual equipo de scouters sin apenas dar tiempo a la preparación de otros con una mínima garantía de capacidad y numerosidad; pero lo peor de todo es que algunos han arrastrado tras su estela a otras personas y creo que eso no es lícito, aunque pertenecer a un grupo scout signifique pasar a engrosar las filas en el equipo de “inútiles e inservibles a la sociedad”.

   Y así están las cosas, se nos avecina otra ronda solar en una de las épocas más difíciles para el escultismo y no estamos preparados para afrontarla, ¿o sí? Sólo quiero deciros o mejor lanzaros esta pregunta, una pregunta llena de trascendentalidad con la que un querido y estimado compañero acribilló la conciencia de los allí presentes: ¿merece la pena que los chavales gocen de todo lo que el escultimo nos ha dado en estos años? Vosotros tenéis las respuestas.

J.C. Iglesias “Faro”
 
Artículo publicado en Palabras nº 1.



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